La repetición como punto central de la teoría psicoanalítica

Prólogo a posteriori

La fecha data del 15 de mayo de 2018, a 4 años de la realización de este ensayo he decidido darle nueva vida y decido publicarlo con la intención de que este escrito sirva para comprender la visión que, como estudiante podía tener del psicoanálisis y de la técnica psicoanalítica. Decido dejarlo tal cual como se encontraba al momento de la entrega de este trabajo que fue realizado para una materia de la facultad cuando aun yo era un alumno de esta misma. Rescato la importancia del concepto de repetición y el lugar que en este texto le confiero. No debe ser una sorpresa para muchos el hecho de que diga que en la actualidad (y posiblemente ni siquiera por aquellos tiempos) esta lectura no contiene la esencia de mi comprensión del tema, así como mi visión del psicoanálisis. Ya he escrito un nuevo ensayo sobre el mismo tema más centrado en mi trabajo clínico y espero pronto dar a conocerlo. Por ahora tendré que dejarlos conformes con la lectura de un chico de 21 años acerca de la repetición y del análisis con todo y sus pifias esperables de alguien tan poco experimentado y de tan poco criterio como lo era yo hace 4 años. Al final dejaré un pequeño epílogo donde trataré de dejar claros algunos errores con su respectiva explicación actual y algunas conclusiones. Es claro que un ensayo tan exiguo no logra aportarnos mucho sobre el proceso en él definido, sin embargo, creo fervientemente que, para este momento de la vida y para mi individualidad tiene algún valor que lo hace rescatable. Espero que para el lector tenga al menos una milésima parte de este valor.



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“El analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace”

(Freud, S. 1914, P. 152).

 

Introducción

El tema a tratar requeriría un examen más extenso, pero no por ello no se puede tratar de manera brevemente. La obra de Freud tuvo diversos cambios a lo largo de los años. Es claro que sería así en una disciplina naciente como lo era en ese momento la teoría psicoanalítica. Es por esto por lo que, si bien, desde un primer momento Freud siempre tuvo en la mira la repetición, no fue sino hasta largos años después hasta que la pudo conceptualizar y ya en 1914 pudo escribir un texto denominado «recordar, repetir y reelaborar», donde deja en entredicho la importancia de la repetición en la teoría psicoanalítica. En este ensayo vamos a dar un repaso a lo que Freud escribió acerca de la repetición a lo largo de su obra y el papel que tenía para él, dentro de su teoría.

El recuerdo en los inicios del psicoanálisis

Dijo Freud en su texto «recordar, repetir y reelaborar» (1914) que el objetivo del psicoanálisis, cuando el método catártico reinaba como herramienta de trabajo, era hacer recordar al paciente todas sus mociones reprimidas. Hoy en día podemos saber que Freud desistió de esa tarea gracias a diversas situaciones vividas, y que por esta razón escribió a su amigo Wilhelm Fliess “ya no creo en mis neuróticas”, frase que puso fin al uso del método catártico y comenzó la conclusión freudiana que existen recuerdos denominados encubridores los cuales son recuerdos que el paciente cree reales y recuerda como tal, pero que nunca sucedieron, que es una construcción defensiva de su inconsciente. Esto dio pie a que Freud escribiera un texto explicando ─lo que en su momento fue una decepción para sí─ su nuevo descubrimiento (1899) donde nos comenta cómo en el humano común se dan algunos recuerdos que no son reales y que este mecanismo es la forma en la que la mente intenta llenar huecos de información, ya sea por represión, o a causa de la amnesia infantil dada en todos los niños en la etapa de latencia. Por la razón que fuera, pero el evocar recuerdos dejó de ser una opción. No fue sino hasta años más tarde, que Freud pudo conceptualizar el término de repetición, en donde nos dice que el neurótico repite aquellos sucesos de la infancia temprana. Situaciones vividas durante sus primeros objetos de amor. Es claro que en la situación analítica el paciente revive su complejo de Edipo, es algo que sucede tan a menudo y que al analista le puede dar cuenta de como el paciente vivió esa etapa de su vida. El recuerdo, si bien, se le prosiguió dando importancia, ya no fue el objetivo del psicoanálisis, y más bien, fue sustituido por el análisis de la repetición del paciente.

Antecedentes de la repetición y algunas malas interpretaciones

Como ya dijimos, Freud escribió «recordar, repetir y reelaborar» que fue el escrito donde captó por primera vez la esencia de su descubrimiento, y donde pudo darle el lugar central de la práctica psicoanalítica. Anterior a esto, si bien, Freud ya había aludido a este concepto, no lo había mencionado directamente. Freud, siempre dejó en entredicho que en el adulto hay una tendencia a volver a tener un encuentro con aquellas vivencias tempranas. De esto puede verse mucho en el caso Dora (1907) en el momento en que Dora recuerda una vivencia de su infancia donde está chupeteando su pulgar izquierdo, mientras que con la mano izquierda daba tirones al lóbulo de la oreja de su hermano. Freud, a raíz de esta vivencia nos comenta que en ocasiones situaciones como esta crean una predisposición a la búsqueda de placer oral. Otra alusión a la repetición la podemos encontrar en 3 ensayos de teoría sexual, la cual me gustaría transcribir de forma textual, tal y como lo dice la traducción de la obra de Freud: “No sin buen fundamento el hecho de mamar el niño del pecho de su madre se vuelve paradigmático para todo vínculo de amor. El hallazgo (encuentro) de objeto es propiamente un reencuentro” (1905 PP. 203). Es este, en lo personal, uno de los momentos en los que Freud habla de la repetición sin nombrarla y que podemos encontrar una belleza en la forma en la que lo define. Esto es algo en lo que en Freud se puede encontrar algunos comentarios anteriores de la repetición. Cómo podemos observar, Freud ya vislumbraba la idea de que el hombre adulto tenía la tendencia a repetir ciertas escenas vividas en la etapa de la primera infancia, cuando era aún pequeño, aquellas escenas que para sí mismo fueron reprimidas. La represión, para el pequeño crea ciertas lagunas en las que se concentra aquello de lo que se repite, es por esto por lo que el hombre adulto no sabe que repite lo que repite.

Otro punto que es importante es, que la obra de Freud es tanto de las más discutidas, como de las más conocidas y por esto su obra puede darse a malas interpretaciones, tanto sucede de esta manera que incluso, existen frases que Freud nunca mencionó textualmente y que se le atribuyen. Una de ellas es aquella frase que versa “Recordar es la mejor manera de olvidar”. Esta frase le es atribuida a Freud, pero él nunca la mencionó, ni mencionó algo parecido. Esta frase está tomada del texto anteriormente ya mencionado llamado «Recordar, repetir y reelaborar». Esta frase no alude explícitamente a la cuestión de la repetición, pero podemos estructurarlo de esta manera: en el texto ya mencionado, Freud alude a la cuestión de que en el recordar no existen muchas opciones de contribución al análisis, y es la repetición lo que tiene la mayor atención para la clínica psicoanalítica. Es en la repetición en donde podemos vislumbrar unos fragmentos de “recuerdos” de lo que el paciente vivió en su infancia. La repetición tiene la misma equivalencia de lo que sería el recuerdo de aquello reprimido. Por ende, la manera de recordar sería por medio de la consciencia de repetición y la manera más fácil de eliminar el recuerdo es por medio de la repetición. La repetición es la forma en la que se olvida y se entierra aquello reprimido. Así que la frase tendría que reescribirse y que para que tenga sentido, versar así “Repetir es la mejor manera de olvidar”.

Antecedentes de la repetición y algunas malas interpretaciones

Como ya dijimos, Freud escribió «recordar, repetir y reelaborar» que fue el escrito donde captó por primera vez la esencia de su descubrimiento, y donde pudo darle el lugar central de la práctica psicoanalítica. Anterior a esto, si bien, Freud ya había aludido a este concepto, no lo había mencionado directamente. Freud, siempre dejó en entredicho que en el adulto hay una tendencia a volver a tener un encuentro con aquellas vivencias tempranas. De esto puede verse mucho en el caso Dora (1907) en el momento en que Dora recuerda una vivencia de su infancia donde está chupeteando su pulgar izquierdo, mientras que con la mano izquierda daba tirones al lóbulo de la oreja de su hermano. Freud, a raíz de esta vivencia nos comenta que en ocasiones situaciones como esta crean una predisposición a la búsqueda de placer oral. Otra alusión a la repetición la podemos encontrar en 3 ensayos de teoría sexual, la cual me gustaría transcribir de forma textual, tal y como lo dice la traducción de la obra de Freud: “No sin buen fundamento el hecho de mamar el niño del pecho de su madre se vuelve paradigmático para todo vínculo de amor. El hallazgo (encuentro) de objeto es propiamente un reencuentro” (1905 PP. 203). Es este, en lo personal, uno de los momentos en los que Freud habla de la repetición sin nombrarla y que podemos encontrar una belleza en la forma en la que lo define. Esto es algo en lo que en Freud se puede encontrar algunos comentarios anteriores de la repetición. Cómo podemos observar, Freud ya vislumbraba la idea de que el hombre adulto tenía la tendencia a repetir ciertas escenas vividas en la etapa de la primera infancia, cuando era aún pequeño, aquellas escenas que para sí mismo fueron reprimidas. La represión, para el pequeño crea ciertas lagunas en las que se concentra aquello de lo que se repite, es por esto por lo que el hombre adulto no sabe que repite lo que repite.

Otro punto que es importante es, que la obra de Freud es tanto de las más discutidas, como de las más conocidas y por esto su obra puede darse a malas interpretaciones, tanto sucede de esta manera que incluso, existen frases que Freud nunca mencionó textualmente y que se le atribuyen. Una de ellas es aquella frase que versa “Recordar es la mejor manera de olvidar”. Esta frase le es atribuida a Freud, pero él nunca la mencionó, ni mencionó algo parecido. Esta frase está tomada del texto anteriormente ya mencionado llamado «Recordar, repetir y reelaborar». Esta frase no alude explícitamente a la cuestión de la repetición, pero podemos estructurarlo de esta manera: en el texto ya mencionado, Freud alude a la cuestión de que en el recordar no existen muchas opciones de contribución al análisis, y es la repetición lo que tiene la mayor atención para la clínica psicoanalítica. Es en la repetición en donde podemos vislumbrar unos fragmentos de “recuerdos” de lo que el paciente vivió en su infancia. La repetición tiene la misma equivalencia de lo que sería el recuerdo de aquello reprimido. Por ende, la manera de recordar sería por medio de la consciencia de repetición y la manera más fácil de eliminar el recuerdo es por medio de la repetición. La repetición es la forma en la que se olvida y se entierra aquello reprimido. Así que la frase tendría que reescribirse y que para que tenga sentido, versar así “Repetir es la mejor manera de olvidar”.

La reelaboración y la pulsión de muerte

Freud propone la reelaboración como lo que sucede a la consciencia de la compulsión a la repetición. Cuando el paciente puede saber que es lo que repite, puede hacer todo el proceso de reelaboración que comprende el conocer la razón de esta repetición dañina para el paciente y que se hará con esto que ahora se conoce de sí mismo. El psicoanálisis tiene como punto importante que no te obliga a cambiar nada, un paciente que ha realizado el proceso de conocer la razón de su síntoma no está obligado a querer cambiarlo. Muchas personas prefieren quedarse con su síntoma que hacer el proceso de reelaboración y saber por qué repite lo que repite. Esto último podemos debérselo al gasto de energía que requiere realizar un cambio como tal. Por ende, la repetición tiene como motivo el ahorro económico de energía libidinal. La repetición es una manera que el organismo tiene de ahorrar energía, así como una forma en la que puede defenderse de situaciones nuevas que puedan generar angustia. Para el organismo es mejor repetir algo que duela, que vivir un suceso nuevo que pueda generar angustia. Es como el dicho que reza: “mejor malo conocido que bueno por conocer”, esta es la manera en la que se puede comprender de manera simple el actuar del psiquismo humano. En el texto “Más allá del principio de placer” (1920) Freud nos comenta acerca de una escena que vivenció en un pequeño, el cual solía repetir, a manera de juego la ida de la madre, a manera de sentir una menor angustia en ello. En este mismo texto, Freud nos da algunas puntualizaciones en las que equipara la compulsión a la repetición con la pulsión de muerte, puesto que toda pulsión de muerte es un eco de una pulsión suscitada desde tiempo atrás, refiriéndonos con esto a la repetición de una vivencia. La pulsión de muerte tiene como objetivo regresar a un estado inanimado, tal como la repetición, que tiene como objetivo regresar a un momento que ya se vivió para evitar angustia. Ambas pulsiones tienen como objetivo el evitar situaciones de tensión.

La repetición después de Freud

En el psicoanálisis existen muchos autores que han hablado de la repetición, ya que es un tema de gran valor para la teoría psicoanalítica, así como para la práctica, aunque creo que uno de los que más importancia le ha dado al tema es Jacques Lacan, quien menciona este proceso como “automatismo de repetición”. Existen diversos textos de Lacan que tienen como punto central reformular la obra de Freud en base al concepto de repetición. Uno de esto texto es el llamado «intervención sobre la transferencia» (1951), en el cual Lacan nos comenta acerca de la transferencia y qué tiene esta en base a la repetición, nos dice que el automatismo de la repetición que tiene la transferencia de Dora para con Freud tiene sus orígenes en una identificación de Dora con su padre y una admiración tanto de la belleza, como de la feminidad de la señora K. Otro texto en el que se aborda la repetición es en «El seminario sobre “la carta robada”» (1952), donde nos explica que el denominado por él, automatismo de repetición toma lugar en la cadena significante que, más tarde nos explica es el sujeto del inconsciente. Un texto que fue de gran ayuda para mi fue el texto de Juan David Nasio «¿Por qué repetimos siempre los mismos errores?» (2013) Texto en donde aborda la cuestión de la repetición y hace una diferenciación entre el automatismo de Lacan y la compulsión de Freud.

Conclusión

El trabajo que ha sido expuesto creo que sirve para tener una mejor comprensión de la repetición y sus implicaciones en la técnica psicoanalítica. Como ya dijimos, que no es fácil abordar el tema de una manera rápida, se intentó ser lo más conciso sin eliminar lo más importante del tema. Debo excusarme si por alguna razón omití algún punto importante y espero que no afecte en la comprensión del tema y del hilo que sigue el ensayo. Por último, me gustaría decir que la repetición es un tema en el que se debe seguir investigando, pues comprende gran parte de las cuestiones en las que se ve envuelto el psicoanálisis.

Bibliografía

Freud, S. (1899) Sobre los recuerdos encubridores. En Obras completas tomo III. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1905) Fragmento de análisis de un caso de histeria. En Obras completas tomo VII. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1905) 3 ensayos de teoría sexual. En Obras completas tomo VII. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1913) Recordar, repetir y reelaborar. En Obras completas tomo XII. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1920) Más allá del principio de placer. En Obras completas tomo XVIII. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

Lacan, J. (1951) Intervención sobre la transferencia. En Escritos I. Siglo XXI editores. México.

Lacan, J. (1952) El seminario sobre “la carta robada”. En Escritos I. Siglo XXI editores. México.

Nasio, J. D. (2013) ¿Por qué repetimos siempre los mismos errores? Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina.


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 Epilogo a posteriori

Aunque traté de dejar incorregibles los pequeños errores, veo uno que ha pasado y que considero sumamente grave y que corresponde a un error de semántica. Sin embargo, debo excusarme en que es uno de los más grandes errores difundidos a través del alumnado que estudia el psicoanálisis y creo que en gran parte de la sociedad psicoanalítica latinoamericana este error se comete, aunque claro, este error es debido a ambigüedades en la traducción. En la primera parte del ensayo cito (Aunque quizás también la cita esté sumamente mal implementada): “ya no creo en mis neuróticas” una frase que se ha utilizado como punto central del pasaje del recuerdo a la repetición como punto central de análisis. Sin embargo, esto solo es un craso error, Freud nunca menciona que no “cree en sus neuróticas (refiriéndose a sus analizadas que sufrían de histeria)”, sino que ya no cree en “su neurótica”, refiriéndose a su teoría sobre las neurosis. Este error se ve alimentado gracias a que las ediciones y traducción de biblioteca nueva (Por lo menos las anteriores de 1981, edición a la cual yo tuve acceso) realizada por Luis López Ballesteros y de Torres (La versión de Amorrortu Editores afirma que la traducción de este texto fue realizada por Ludovico Rosenthal, sin embargo, la misma edición de Biblioteca Nueva comenta que fue traducido por Ballesteros) dice explícitamente “Ya no creo en mis neuróticos”. Sin embargo, tanto en la traducción de Amorrortu Editores realizada por José L. Etcheverry, como en el alemán original la frase versa “Ya no creo en mi neurótica”, esto, como ya dijimos significando la poca fe que ya en la carta numero 67 Freud le confesaba a Fliess le tenía a su teoría sobre las neurosis. Retomando esta misma carta numero 67 en la traducción de AE, se escribe “con la psicología, muy satisfecho; en la neurótica [teoría de las neurosis], martirizado por grandes dudas”. Donde claramente una nota del traductor nos da una desambiguación, sin embargo, esta ya no se nos da en la carta numero 69. En conjunto, una errónea traducción antigua y el olvido de la carta numero 67, nos da un error cometido y comentado por muchos de nosotros, quienes nos encontramos en el círculo del psicoanálisis.

Referencias al Epílogo

Freud, S. (1950 [1892-1899]) Fragmentos de la correspondencia con Fliess. En Obras completas tomo I. Amorrortu Editores. Buenos Aires, Argentina.

Freud, S. (1950 [1887-1902]) Los orígenes del psicoanálisis. En Obras completas tomo III. Biblioteca nueva. Madrid, España Edición de 3 tomos de 1981.

Freud, S. (1950 [1887-1902]) Aus den Anfängen der Psychoanalyse. Imago publishing co., LTD., Londres, Inglaterra. 

 


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